En la antigüedad las velas eran consideradas una prueba exterior de alegría y una forma de manifestar respeto hacia ciertas personas distinguidas.
Las primeras velas se elaboraron con sebo, grasa animal que desprendía un humo negro poco atractivo; luego este ingrediente fue reemplazado por la cera de abeja, un elemento de costo elevado que sólo podía ser adquirido por los clérigos y las ricas minorías. A mediados del Siglo XIX, el desarrollo de la estearina, originalmente producido a partir de la grasa (Mineral) refinada produjo grandes cambios en la técnica de hacer velas; se extendieron los tiempos de mayor duración, dureza y los colores se tornaron más opacos y de buen olor. Luego, durante el proceso de refinación del petróleo, se descubrió la parafina, que pronto sustituyó a los materiales que en ese entonces se utilizaban en la fabricación de las velas.
Actualmente las velas han evolucionado hasta nuestros días que surgen las velas led, última novedad en iluminación. Se trata de un innovador sistema de que sustituye la tradicional mecha. Lejos de parecer una simple bombilla de color en un recipiente de cera, las velas led cuentan con un método de funcionamiento muy similar a la mecha de fuego de una vela tradicional. Algunos modelos, incorporan un sistema de movimiento que logra el efecto real de la mecha.
El humo, el peligro de incendio y las manchas de cera son cosa del pasado. Las “led” se presentan como la apuesta más segura por la iluminación en el hogar. Funcionan con pila y tienen una vida útil prolongada por lo que es prácticamente imposible que se fundan o se estropeen, por lo que nos garantizan más seguridad de compra. Existen diferentes tipos de estas velas led entre las que se destacan las velas recargables y las velas sumergibles, ambas de gran belleza.
Además el sistema de iluminación led dispone de una gran variedad de colores entre los que podrás elegir para crear divertidos ambientes en tu hogar, ideal para una cena romántica con tu pareja o para disfrutar de más intimidad en la terraza bajo la suave luz de las velas.
Las podemos ver envueltas en una hoja seca o sostenidas por sofisticados y elaboradísimos candelabros, farolitos de papel o lamparillas variopintas que flotan sumergidas en el agua contenida en cuencos de cristal, esculpidas y modeladas, perfumadas con aceites y esencias.
También constituyen un importante recurso decorativo muy usado durante las fiestas Navideñas y otras celebraciones especiales, en la que comenzamos a impregnarnos de esa energía que transmiten, porque sin duda, un ambiente iluminado por velas está rodeado de un halo mágico que misteriosamente consiguen hechizarnos.
La decoración con velas durante las veladas de Navidad puede complementar y elevar cualquier ambiente, si la hacemos con elegancia, buen gusto y, sobre todo, con buenos fundamentos.
Se dice que para recibir el año nuevo debemos encender las luces de toda la casa, simbolizando un hogar que irradia prosperidad y éxito. Y las velas también pueden jugar un rol importante aquí, ya que colaborarán en este asunto de iluminar todos los rincones del hogar.
En la mesa de Navidad utilizar velas es una costumbre bastante seguida, pues las velas se alzan como una de las protagonistas de la mesa y de la decoración navideña en general.